miércoles, 6 de julio de 2011

VIAJE A PERÚ III

Día 4: Machu Picchu-Aguas Calientes

Este fue un gran día, sin duda, uno de los mejores del viaje, claro, todos los días no se visita una de esas recién denominadas maravilla del mundo moderno.
Así que salimos temprano de nuestro hotel, habiendo tomado un desayuno similar al del día anterior, hacia la estación de tren en este mismo pueblo. 

A las 8h salía el tren hacia Aguas Calientes, procedente de El Cusco. Se trata de un tren turístico y bastante caro ciertamente. El recorrido es paralelo al río Urubamba donde se puede observar el paisaje de la zona; nada espectacular al principio, pero que se convierte en algo muy chulo conforme nos acercamos a Aguas Calientes, tras hora y media de viaje en la que nos dio lugar a conocer a un par de guías locales muy agradables. Llegamos a Aguas Calientes sobre las 10h, decidimos pajarear un poco antes de comer y subir a Machu Picchu después. Aguas Calientes es un pueblito algo ferial, completamente turístico, originado y mantenido gracias al negocio generado por las famosas ruinas Incas: Restaurantes, mercadillos, hoteles,... Por tanto, este pueblo no existía cuando Machu Pikchu (Montaña Vieja en Quechua) fue redescubierto para el resto del mundo hace ahora un siglo (1911), por el americano Hiram Bingham. 

Así que nos dirigimos hacia el rio Urubamba, a orillas del cual se encuentra Aguas Calientes, con unos modestos objetivos, el Pato Torrentero- Torrent Duck (Merganetta armata) y el Mirlo Acuático de Capa Blanca-White-capped Dipper (Cinclus leucocephalus). El primero lo vimos nada más llegar al rio, de hábitos huidizos muy similares a nuestro Mirlo Acuático, continuamos siguiendo las vías del tren, donde encontramos pronto otra nueva especie, el Mosquero Negro- Black Phoebe (Sayornis nigricans).

Black Phoebe-Mosquero Negro (Sayornis nigricans)

Es un ave muy confiada, que se dejó fotografiar tranquilamente posada sobre las rocas de las escolleras del río. El Pato Torrentero también se dejó ver en pareja al otro lado del rio, es un pato buceador, muy llamativo con un gran dimorfismo sexual. El nombre le viene que ni pintado, ya que el curso de agua donde le vimos bucear continuamente (estilo Somormujo-Zampullín) era completamente torrencial y muy caudaloso. Objetivos modestos cumplidos sobradamente. Seguimos la ruta y pudimos ver a la Tangara Azulejo-Blue Grey Tanager (Thraupis episcopicus), también a la Estrellita Encapuchada (o Candelita Selvática)-
, parecida a la otra estrellita que ya vimos en que vimos en Abra Málaga, pero con la cabeza completa gris oscuro y una cresta roja.  Tuve yo únicamente un encuentro puntual con un Gallito de las Rocas, macho. Me desconcertó completamente, era bastante grande y el rojo fuego, un color que jamás había visto en un ave, todo esto unido a lo fugaz de la visión me hizo pensar en algún tipo de Guacamayo pequeño, una tontería, ya que esos Guacamayos Rojos parece que son enormes, nada que ver, pero sigo sin haberlos verlos...


Al regresar de la ruta, sobre las propias vías del tren podemos observar un Tirano Tropical-Tropical Kingbird (Tyrannus melancholicus) y un Espiguero Corbatita Amarillo-Yellow-bellied Seedeater (Sporophila nigricollisque anidaba sobre un macetero de un restaurante.


Tirano Tropical-Tropical Kingbird. Imagen extraida de: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/ca/Tyrannus-melancholicus-001.jpg

Tomamos un menú turístico que no estaba mal, una sopa a la minuta y filete de alpaca, aceptablemente bueno, quizá algo más caro de lo usual por allí, pero barato para España, el caso es que necesitábamos comer algo rápido y salir para Machu Picchu. Tomamos el bus y vamos subiendo por esa estrecha y polvorienta carretera. Parece ser que esta zona es una de las más húmedas del Perú, donde la frondosidad resulta sorprendente, se puede observar gran cantidad de flores exóticas, en realidad es una zona selvática. 

Lo siguiente creo que no se debe describir con palabras, no se le haría justicia a lo que Machu Picchu es, así que pongo un par de imágenes algo diferentes, ya que todo el mundo conoce la clásica panorámica, con el monte Huayna Picchu al fondo.


Fotografía facilitada por http://www.perubirdingexpeditions.com/

Fotografía facilitada por http://www.perubirdingexpeditions.com/

Andar por estas ruinas es una experiencia recomendable para cualquiera, hasta se te olvida la falta de aire, que no es tan patente como en el Cusco, ya que se encuentra a unos 2.400 metros (menos de lo que todo el mundo piensa a priori, incluido yo). El verde abunda por todas partes y llama la atención la presencia de jardineros trabajando todos los días. Parece ser que, como he comentado antes, al tratarse de una de las zonas más húmedas del país, la vegetación crece a un ritmo que hace necesaria su eliminación del espacio, ya que de lo contrario, según nos comentaban, en pocos años todo acabaría recubierto por ella. Más o menos, como se lo debió encontrar Hiram Birgham III cuando lo descubrió hace ahora 100 años (en 1911). Además de las ruinas también hay fauna, como no puede ser de otra forma. Empezamos intentando buscar al Cucarachero Inca-Inca Wren (Pheugopedius eisenmanni), endémico de esta zona del Perú, que estuvimos oyendo entre el bambú en varios puntos del recorrido, pero que no salió a saludar, una pena, ya que es una especie de Chochín muy bonita, algo más llamativa que el resto de sus familiares.

Localizamos una especie de lagartija muy confiada, aunque aún no dispongo de imágenes de la especie para poder identificarla. Si que tengo del Colibrí Verde y Blanco- Green and White Hummingbird (Amazilia viridicauda), que confiadamente nos dejó sacarle fotos a muy corta distancia.


Green and White Hummingbird (Amazilia viridicauda Fotografía facilitada por http://www.perubirdingexpeditions.com/

En el mismo instante en que fotografiábamos al colibrí, un par de Viscachas- Southern Viscacha (Lagidium viscacia), un roedor muy similar a nuestros conejos, aunque de cola más larga y tamaño algo mayor también. Similar a una marmota.
Southern Viscacha (Lagidium viscaciaFotografía facilitada por http://www.perubirdingexpeditions.com/

La afluencia de público no fue excesiva durante las 2-3 horas que permanecimos en el recinto, aunque si lo suficiente para que el número de especies de aves no fuera demasiado elevado. No obstante, en este caso las aves no era el objetivo principal. ¿No creéis?

Pues hasta aquí dio de sí la jornada. Un conductor nos trasladó de nuevo hacia el Cusco, donde hicimos noche, ya que al día siguiente salíamos hacia el P.N. del Manu, ya considerado Selva Amazónica, suena bien ¿no?.

Continuará...

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